Opinión

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Desarrollo forestal sostenible sin director/a de orquesta. Necesitamos una Subsecretaría Forestal

Desarrollo forestal sostenible sin director/a de orquesta.  Necesitamos una Subsecretaría Forestal

Rodrigo Mujica Hoevelmayer 
Ingeniero forestal, Doctor en Ciencias Forestales.


Un director de orquesta es quien coordina al conjunto de músicos de manera que se expresen armónicamente durante la interpretación de una obra musical. Sin esa dirección no es posible lograr un buen resultado. Esto es lo que ha ocurrido en el sector forestal chileno. No ha existido dentro de la estructura del Estado un encargado de dirigir y coordinar un desarrollo forestal sostenible que tanto necesita nuestro país. 

Hoy en día existe un consenso generalizado sobre la necesidad de consolidar un modelo de desarrollo forestal sostenible que sea capaz de equilibrar de manera eficiente aspectos ambientales, sociales y económicos de acuerdo a las características de cada territorio, dando así respuesta a los desafíos locales y globales del país. 

En el ámbito ambiental se debe profundizar el aseguramiento de la provisión de agua en cantidad y calidad, la protección del suelo y la conservación de la biodiversidad, en el plano social, compatibilizar la actividad forestal con el desarrollo de las comunidades, sus culturas y sus asentamientos, y en el plano económico avanzar en la valorización e incremento en cantidad y calidad de los productos madereros y no madereros de los ecosistemas boscosos y xerofíticos. 

Junto con lo anterior se requiere un apoyo más decidido a los pequeños y medianos propietarios de bosques y terrenos deforestados, a las pymes madereras, así como aquellas relacionadas con las diversas industrias manufactureras, y los múltiples servicios asociados, apoyando encadenamientos y modelos de asociatividad productiva. 

El país debe generar y gestionar madera de origen sostenible para abordar los desafíos de aumentar su uso en la construcción, generar nuevos materiales para una bioeconomía e implementar exitosamente la ley de biocombustibles sólidos. Todo esto es posible, lo que a su vez permitirá generar aún más y mejores empleos, y un crecimiento económico de escala local. A esto se debe sumar el trascendental rol planetario que tienen los bosques en la reducción de las emisiones de CO2 y la mitigación de la crisis climática. En definitiva, el desarrollo forestal sostenible representa para Chile un campo de oportunidades y desafíos. El sector forestal está llamado a ser un actor protagónico en el desarrollo rural y en la transición a una economía verde.

Para aprovechar este gran potencial es indispensable que exista una mayor y una mejor coordinación entre las diversas instituciones públicas, el sector privado y la sociedad civil, y más y mejor diálogo constructivo permanente entre las diversas posturas y visiones existentes en materia forestal. La responsabilidad de dirigir este diálogo y coordinación permanente es principalmente del Estado. Sin embargo, hoy la institucionalidad forestal pública, a pesar del reconocido esfuerzo de sus funcionarias/os, no posee una estructura acorde a estas oportunidades y desafíos; en la actualidad no está en condiciones de coordinar, facilitar y consolidar el desarrollo forestal sostenible que tanto anhela el país. Los magros resultados e incumplimiento de la política forestal chilena 2015-2035 son un reflejo de esto. 

A pesar del enorme esfuerzo de los diversos sectores vinculados al desarrollo forestal para acordar un futuro común, las metas están muy lejos de cumplirse. Hoy, sigue siendo escaso el manejo sostenible de los bosques nativos, miles de hectáreas de bosques continúan en procesos de degradación, miles de hectáreas de suelo a lo largo del territorio continúan en procesos de erosión y como consecuencia, miles de familias rurales siguen esperando prosperar. Si a esto se suman los insuficientes avances de los compromisos internacionales en materia de reducción de CO2 que el país suscribió en el marco de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), entonces queda aún más en evidencia la necesidad de hacer ajustes en la estructura del Estado.

El país necesita la existencia de una Subsecretaría Forestal, con pertinencia técnica e injerencia política dentro de la estructura del Estado que dirija y coordine el desarrollo del sector de manera integral, multidimensional y con una mirada de largo plazo. La Subsecretaría Forestal tendría la responsabilidad política y estratégica de dirigir, armonizar y coordinar la formulación, implementación, monitoreo y articulación de políticas y programas, de impacto local, regional, nacional e internacional, velando por el respeto del medio ambiente, la justicia social, la cultura local, y la competitividad económica. 

No obstante, la existencia y esfuerzo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el Instituto Forestal (Infor) y otros organismos estatales, la consolidación del desarrollo sostenible del sector requiere un nivel de decisión e interlocución política al interior del Estado que estos servicios no poseen. El Ministerio de Agricultura, cartera de la cual dependen estos servicios, se ocupa mayoritariamente del desarrollo agropecuario, quedando la complejidad del desarrollo forestal a cargo de servicios que no tienen el rango ni la responsabilidad política requerida. 

Este es un obstáculo para una adecuada interacción del Estado, el sector privado y la sociedad civil, lo que termina generando incertidumbre y un nivel de avance en desarrollo forestal muy por debajo de lo que el país demanda. La necesaria creación del Servicio Nacional Forestal Público, como ente continuador de Conaf, definitivamente no es suficiente. Solo una Subsecretaría Forestal, complementaria a un Servicio Nacional Forestal, estaría en condiciones de coordinar y articular con prestancia política a todos los estamentos del Estado, el sector privado y la sociedad civil. 

Cabe mencionar que la creación de una Subsecretaria Forestal no es una propuesta nueva. En 1998 ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que creaba la Subsecretaria de Desarrollo Forestal. El mensaje presidencial indicaba que “el propósito fundamental de esta iniciativa es establecer una nueva institucionalidad del sector público forestal”. 

Es altamente probable que la creación de la Subsecretaria Forestal, a partir del proyecto mencionado, se hubiera traducido, un cuarto de siglo después, en un desarrollo forestal muy superior al que observamos en la actualidad. 

Lamentablemente, después de tantos años el país sigue esperando contar con un “director de orquesta”, llamada Subsecretaria Forestal, que permita consolidar el desarrollo forestal sostenible y transitar a una bioeconomía dependiente del aprovechamiento sostenible de sus recursos forestales. 

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