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Incendio en Las Máquinas: a 6 años de la mayor tragedia de los últimos 50 años

Incendio en Las Máquinas: a 6 años de la mayor tragedia de los últimos 50 años

Un 18 de enero de 2017, en el fundo Santa Rosa de Cauquenes, en el sector denominado Las Máquinas, se inició un mega-incendio forestal que se extendió hasta el 5 de febrero, principalmente en las regiones de O’Higgins, el Maule y el Biobío. Según los expertos de la Unión Europea, la inusual gravedad de estos incendios tiene como base el calentamiento global del planeta. Sin embargo a juicio de Jorge Gándara Welch, presidente de la Mesa Forestal del Maule, el origen de este siniestro de gran magnitud se debió a la acción irresponsable de una o más personas que por descuido o intención, encendieron fuego en un lugar inadecuado en condiciones climáticas extremas.


El experto planteó que esta situación se convirtió en un episodio mundial, pues anterior a éste, la escala global de medición de incendios llegaba hasta la llamada “quinta generación” de incendios, el tipo más destructivo conocido. La “tormenta de fuego”, es el primero de la llamada “sexta generación”, en términos de intensidad de la línea de fuego y la velocidad de propagación, de acuerdo a datos de la Unión Europea y la Conaf de 2017

Sumó que la “tormenta de fuego” experimentó propagaciones ultra rápidas de hasta 8.200 hectáreas (ha) por hora y con intensidades caloríficas excepcionales de más de 60.000 kW/m. El incendio Las Máquinas quemó alrededor de 187.000 ha, de las cuales 115.000 fueron arrasadas por las llamas en un periodo de 14 horas. 

“Esto arroja un avance de 8.142 ha/hora durante la noche que creó una enorme tormenta convectiva de fuego que propagó un frente que alcanzó los 42 km de ancho. La carrera del mismo se mantuvo durante 21 km. No obstante, lo anterior, al incendio Las Máquinas se sumaron varios otros, generando lo que se llama “Complejo de Incendio Las Máquinas”, que en conjunto afectaron más de 400.000 ha en menos de un mes”, detalló.

Dada la magnitud del siniestro, llegaron a Chile profesionales y combatientes de diversos países del mundo y el despliegue de recursos usados para el combate, no tiene precedentes en nuestro país. Tanto el sector público, a través de Conaf, Onemi (hoy Senapred), Bomberos, Fuerzas Armadas, Carabineros, Gobiernos Regionales, Ministerio del Interior y Municipios, entre otros, y el sector privado a través de grandes y medianas empresas, se coordinaron en un Comité Nacional de Operaciones de Emergencia (COE) para enfrentar el siniestro mismo y las graves consecuencias que dejó.

El incendio de Las Máquinas afectó especialmente plantaciones forestales, praderas y matorrales, y bosques naturales de los tipos forestales esclerófilo y caducifolio de Nothofagus. También afectó muchas viviendas, aserraderos y dejó más de 10 personas fallecidas. 

Daño Económico
Sobre la valorización económica del daño en el sector silvoagropecuario causado por los incendios entre el 1 de enero y el 2 de febrero de 2017, Jorge Gándara afirmó que fue de US$ 670 millones de acuerdo a la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa). La cifra se distribuye enUS$110,7 millones de bosque nativo y US$ 25 millones de infraestructura.

Para el caso de la agricultura, las pérdidas fueron de US$ 36 millones, aproximadamente, entre frutales, praderas, cultivos anuales y forrajeras quemadas. El 80% correspondió a praderas y frutales, en proporciones similares.

En ganadería el daño llegó a US$ 1 millón entre ganado y colmenas quemadas, mientras que en foresto-industria, el montó alcanzó a los US$ 497 millones.
 
No obstante que las cifras son las oficiales, a juicio del presidente de la Mesa Forestal del Maule, solo representan un daño emergente posterior al incendio, y no dan cuenta del verdadero impacto en la economía, en el medioambiente y para las personas. En efecto, el incendio afectó mayoritariamente recursos privados que estaban en manos de pequeñas y medianas empresas y/o propietarios, cuya recuperación resulta casi imposible sin la ayuda del Estado. Muchos aserraderos quedaron sin abastecimiento, incluso algunos se quemaron. La pérdida de productividad de miles de ha de suelo, a merced de la erosión, no tienen expresión económica en las cifras oficiales de daño y pérdidas. 

Esfuerzos en rehabilitación forestal

Luego del desastre, Gándara Welch sostuvo que hubo muchas iniciativas, públicas y privadas, para recuperar social, ambiental y económicamente al sector. Esta tarea ha sido abordada por el sector privado a través de esfuerzos colectivos como el “Diálogo Forestal” e individuales por parte de cada empresa afectada. 

Dentro del compromiso presidencial de “Implementación de programa para la recuperación del patrimonio natural y productivo afectado por los incendios forestales del año 2017” durante el 2021, se reforestó por el “Programa de Recuperación de Bosques Quemados” un total de 655,5 ha, que benefició a un total de treinta y seis pequeños y medianos propietarios forestales en las regiones de O’Higgins y Biobío. El total recuperado desde el 2018 al año 2022 a través de este programa es de 11.422,6 ha, que favoreció a un total de 1.148 familias de acuerdo a la Memoria de Conaf 2018-2022.

Por su parte la empresa Arauco S.A. informó que la principal actividad con relación al control de amenazas post incendio, fue el de regeneración de vegetación, principalmente pino radiata al interior de estas zonas de conservación (bosque nativo). Estos controles han sido 100% manuales, no aplicando controles químicos.

Las principales áreas donde se ha ejecutado faenas de control de regeneración fueron bosque esclerófilo de Lolol con 312 ha, el bosque maulino con ruiles de Porvenir y El Fin (380 ha), el bosque maulino con ruiles de Pitao de Quivolgo (270 ha), el humedal Santa Elena (32 ha) y ciénagas del Name (45 ha).

Finalmente, la especie arbórea Ruil (N. alessandrii) fue el valor de conservación más afectado en estos incendios, siendo además un monumento natural. Arauco ha participado en distintos grupos de trabajos y alianzas, entre otros, con plantación con ruiles y especies nativas en el marco del Proyecto Fondo de Protección Ambiental (FPA) de la Universidad de Talca; plantación de ruiles en alianza con Infor, participación en el Diálogo Forestal en la comuna de Empedrado, comisión restauración Ruil, generar de material para la propagación vegetativa de ruil en vivero Quivolgo y participación en la mesa del Ruil y que está en el marco del diálogo forestal, para coordinar la colecta de semillas de forma coordinada con la Universidad de Concepción, Universidad de Talca, Infor Conaf y CMPC, otros).

Aprendizajes

Finalmente, Jorge Gándara Welch indicó que el mega incendio del 2017, mostró la necesidad de implementar estrategias público, privadas y de la comunidad para una respuesta coordinada y rápida en el control y la prevención de incendios. Por ello la necesidad de dialogar, intercambiar experiencias y transversalizar las agendas para la prevención de los riegos. 

El gran desafío pendiente para la comuna de Empedrado es abordar la situación de cerca de 3.578,9 ha de suelos de uso de plantaciones pertenecientes a 645 predios y 617,71 ha de bosque nativo pertenecientes a 125 predios, todos de pequeños propietarios, con una afectación severa post incendios y una regeneración de pinos post incendios que supera los 3 metros. Esta situación poco visibilizada demanda una acción urgente de fondos públicos, que aborden no sólo el riesgo de nuevos incendios que involucran esa cantidad de biomasa, sino también la tragedia ecológica, económica y social que involucra a esta población y comuna. 

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