Una de las claves de nuestra empresa es que nunca nos hemos abastecido de terceros
Coelemu, palabra del mapudungun koa lemu, que significa “Bosque de lechuzas”, es una comuna de la provincia de Itata, en la Región de Ñuble. Sus principales actividades locales son la tradicional producción de vinos y la industria forestal, que se refleja en que un 63,98% de la superficie de este territorio está cubierta de plantaciones para ese rubro.
En ese lugar se emplaza la empresa Forestal León que lidera hoy el ingeniero civil industrial Antonio Viñuela y quien ha dedicado su vida a levantar esta compañía, cuyo origen se remonta al año 1957, cuando su padre, Celso Viñuela García de apenas 24 años, llegó a Chile proveniente de la provincia de León, en España.
Su padre, en sus primeros años trabajó como empleado, para posteriormente dedicarse al comercio, hasta que en 1973 compró una barraca ubicada en San Bernardo, Santiago, y así comenzar lo que llegaría a ser Comercial Viñuela S.A. Ahí, de alguna manera, se formó el empresario Antonio Viñuela, que de niño fue aprendiendo el negocio de la madera.
En 1991 Antonio Viñuela decidió junto a su padre y hermano comprar en agosto el primer bosque y contrataron un aserradero de montaña para iniciar las faenas. Pese a que no ganó nada, emprendieron a un segundo, tercer y cuarto bosque. “Todos me decían que dejara el negocio, pero ninguna empresa me dio la oportunidad de hacer mi tesis y me obligaron a lanzarme solo y en forma autodidacta. Estuve dos años perdiendo tiempo y plata hasta que adquirí un bosque en Rafael, cerca de Tomé. Era mi última oportunidad, pero el bosque me dio más de lo que yo creía”, contó.
Ese año de 1993, debido a inclemencias climáticas, se cortaron varios puentes en la zona de Temuco y en Santiago y no había madera, pero Antonio sí la tenía y pudo dar el salto y devolver todos los préstamos de su familia. “De ahí en adelante nunca más perdí dinero. Hasta 1999 anduve itinerante con los aserraderos de montaña por varias partes del país, pero me enfoqué en los bosques quemados, que, si son procesados de manera rápida, la madera se aprovecha al 100%”, recordó.
Recorrió Chile con este modelo de negocios, pero tenía claro que no era algo de larga duración, sobre todo por una serie de exigencias legales de cuidado del trabajador y las fiscalizaciones que empezaron a regir el trato laboral. Fue así como en el sector de Vegas del Itata, en Coelemu en el año 2000, donde había una planta que estaba parada desde 1975, decidió afincarse. Le dio una nueva vida al lugar por medio de un aserradero establecido y comenzó a mejorar sus procesos.
Corría el año 2001 cuando apareció un ejecutivo de Sodimac, a quien le llamó la atención la madera que producía. Empezó a proveerle los productos, algo que resultó clave porque de venderle un camión semanal, hoy son más 15 diarios. “Pasamos a ser importantes para este retail, ya que éramos buenos, bonitos, baratos y cumplidores. Hoy somos el 35% para ellos y no hay nadie quien nos reemplace. En el fondo dependemos uno del otro”, recalcó.
También ha trabajado con Arauco y exportaba a Japón, luego a Cementos Biobío que destinaba sus envíos a Medio Oriente y otras firmas que se enfocaban a los mercados que exigen madera verde, pero el gran paso sin duda lo logró con Sodimac. Hoy producimos maderas verdes, secas, impregnadas, laminadas y también tableros contrachapados, con altos estándares de calidad y valor agregado, estando presentes en todos las Tiendas Sodimac de Chile y Colombia, y algunos otros clientes de Centroamérica y El Caribe.
Un consejo al rubro
Pero eso no es todo, porque Antonio remarcó que “una de las claves de la empresa, y que me ha permitido operar como Forestal León, es que nunca me he abastecido de terceros. Siempre he comprado el bosque desde que andaba de gitano en 1991, hasta que me establecí en 1999 en Coelemu. Actualmente tengo 12 mil hectáreas propias y “siempre hemos comprado bosques en pie adultos para cosechar, tanto a particulares, como a fondos de inversión e incluso a las grandes empresas forestales como Masisa, Arauco y CMPC”, remarcó.
El año 2013 llegó a tener bosques para abastecer su industria por 5 años y hoy para 3. “Por ende, si puedo dar un consejo al rubro es que nunca sean dependientes del trozo que llegue y que sean dueños de su propio bosque, porque eso da tiempos, margen e independencia para trabajar”, destacó.
Antonio cree que hay que saber adaptarse y conectarse con el cliente, junto a una labor eficiente en todo momento.
Es así que uno de los principales objetivos de la forestal es dar valor agregado a sus productos de madera, manteniendo una visión integral en el buen uso de los recursos, generando valor en su entorno y calidad de vida para las personas que forman parte de la empresa, la que comenzó como un sueño familiar, en aquellos lejanos años en San Bernardo.
Para llegar a eso, Antonio cuenta con 440 personas que se desempeñan en forma directa en la Forestal León, lo que se traduce en el 40% del empleo en Coelemu. “Tengo gente que lleva conmigo 31 años, que partieron a mi lado. Incluso hay colaboradores que han traído a sus hijos, hermanos y nietos a desempeñarse en la planta”, subrayó.
Además, se crean entre 500 y 600 empleos indirectos para la comuna, algo relevante para una localidad que forma parte de un territorio que solo tiene 5 años como región.
“Actualmente me atrevo a decir que somos un complejo industrial, porque partimos produciendo desde una planta de semilla que recolectamos en nuestros bosques y que produce pinos de alta calidad, hasta la cosecha final, transformando el bosque en madera seca, impregnada, laminada y tableros de cualquier tipo, entre otras cosas. Y entre medio, con todos los desechos del bosque producimos vapor para nuestros procesos y en energía eléctrica para autoabastecer la planta y, además, le vendemos al sistema para las comunas cercanas”, hizo ver.
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