Editorial

Komatsu

Las respuestas oportunas del Estado

Las respuestas oportunas del Estado

Los graves incendios ocurridos en la zona sur del país, que han producido una pérdida de 240.000 hectáreas de bosques plantados, 200.000 hectáreas de bosque nativo, matorrales y cultivos agrícolas, la muerte de 26 compatriotas y los daños materiales de muchos habitantes de las zonas rurales, son un potente recordatorio, que nos remece de tanto en tanto y nos invita a tomar decisiones que el país forestal necesita. 

Es imperativo que el “Estado” esté preparado para reaccionar de manera rápida, eficiente y oportuna, con planes que permitan disponer del personal y los recursos materiales suficientes, para enfrentar los incendios de pastos, matorrales y forestales producidos principalmente por las personas y potenciados por eventos climáticos extremos, que con seguridad se repetirán y aumentarán de intensidad en el futuro. 

La alta intencionalidad observada en esta emergencia, cercano al 40% a 60 %, según las autoridades, es un nuevo hecho que es necesario considerar, “LOS BOSQUES NO SE QUEMAN SOLOS”, debemos desterrar la delincuencia y el terrorismo de nuestros bosques. 

Es urgente mejorar y potenciar la seguridad y la institucionalidad forestal, de tal manera que ambas puedan interactuar de mejor modo con todos los actores relacionados en los territorios, permitiendo con ello una cohabitación más segura y responsable de la comunidad con los bosques.

El análisis de la Asociación de Contratistas Forestales A.G.  define que hay 3 aspectos principales que debieran ser considerados como prioritarios por el Estado, para avanzar en el crecimiento y consolidación de un sector forestal que continúe aportando al país:

1.- Acciones urgentes de protección y recuperación de los bosques quemados durante esta temporada 

Subsidios e incentivo estatal a pequeños y medianos propietarios para retomar la aptitud forestal de los predios destruidos, con especies exóticas y/o nativas. Este incentivo debe considerar actividades como: forestación, reforestación, ralear y/o manejar regeneración natural.

Promover programas anuales para reducir la carga de combustible y los residuos forestales del manejo de las plantaciones de distintos propietarios, en situaciones de interfaz, en líneas del tendido eléctrico, en caminos rurales, públicos y en sectores cercanos a lugares habitados. La responsabilidad de los ciudadanos es fundamental para controlar este tipo de eventos.

Fomentar y fortalecer el funcionamiento de las actuales 360 redes de prevención comunitaria en los territorios. Se debe ampliar su presencia y sumar las regiones de Valparaíso y Metropolitana, lo que permitiría cubrir con estas organizaciones comunitarias de prevención, desde las regiones de Valparaíso a Los Lagos.

Mejorar y persistir en campañas de educación y prevención, es necesario trabajar de manera proactiva en la educación acerca de los incendios forestales y sus efectos durante todo el año.

2.- Regulación y/o mejorar la institucionalidad forestal


Promulgar con urgencia la ley que crea el Servicio Nacional Forestal, que reemplace la actual CONAF (corporación de derecho privado). Con ello el estado podría definir políticas públicas potentes que refuercen la vocación forestal del 35 % de la superficie del país.

Promover un proyecto de subsidio estatal a la forestación, con el objetivo de dar una cubierta vegetal a dos millones quinientas mil hectáreas (2.500.000 ha) de terrenos que hoy están en vías de erosión severa.

Modificar de manera urgente la ley 20.283, sobre recuperación del bosque nativo y fomento forestal, de tal manera que sea un verdadero incentivo para los propietarios de esos bosques y permita hacer un manejo sostenible (social, ambiental y económico) de potenciales 4.0 millones de hectáreas. 

Promover un nuevo ordenamiento territorial, con la participación de: Municipalidades, Gobernaciones Regionales, MINVU, MOP, empresas forestales, comunidades locales, empresas eléctricas y gremios relacionados al sector, en el que se definan: 

  • Distancias mínimas y máximas entre bosques, villas, ciudades y pueblos.
  • Ancho de la faja para el tendido eléctrico
  • Distancia de plantaciones desde el borde de caminos públicos y rurales.

3.- Seguridad en los territorios

La seguridad de los territorios es, sin duda, el punto esencial en el que se funda cualquier actividad productiva. Hace 25 años que el sector forestal ha sido objeto de múltiples ataques, es víctima y resiste a una acción coordinada de grupos armados, que se han ido empoderando desde un discurso de reivindicación territorial a uno definitivamente delictual y terrorista, ante la evidente falta de un estado de derechos en la denominada Macrozona Sur. 

Estimamos que el Estado ha estado ausente y ha tenido una acción pasiva y de reacción tardía, pero aún es tiempo de remediar su inacción, debe respaldar políticamente y con mayores recursos a Carabineros de Chile, PDI, FF.AA. y Fiscalía, para mejorar la condición de inseguridad de los habitantes de la Macrozona Sur en general y del trabajo forestal en particular.

                            

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