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Ingenieros forestales dan valor a los bosques nativos con producción de especies a gran escala

Ingenieros forestales dan valor a los bosques nativos con producción de especies a gran escala

Uno de los focos es la mejora continua tanto en la calidad de las plantas como su condición genética, lo que se traduce en mejor adaptabilidad a los sitios y mayores tasas de crecimiento de los bosques enfocados en la producción de madera.

“Nuestra meta es seguir creciendo de la mano de la Investigación y Desarrollo (I+D), generar alianzas estratégicas con universidades y centros de investigación, pero por, sobre todo, tener un equipo humano altamente capacitado, que aporte calidad y eficiencia a la cadena de valor del negocio de nuestros clientes y demostrar que en las pequeñas y medianas empresas sí es factible hacer investigación aplicada y de calidad”.

Esa es la premisa de Neri Carrasco, fundadora junto a Jaime Büchner, ambos ingenieros forestales, de Plangen, un vivero enfocado en el bosque nativo, sobre todo porque ambos, cuando estaban en el mundo privado y la academia, se habían desarrollado en el área de viveros y genética, por lo que contaban con el capital más preciado en este rubro, que es la experiencia y conocimiento.

“Enfocarnos en esto era todo un desafío, había que iniciar un desarrollo que implicaba mucha investigación. A diferencia de todos los avances en los paquetes tecnológicos en genética y producción de plantas de las especies exóticas, en bosque nativo no habían recetas para adaptar. Así nos demoramos varios años en encontrar la clave de la germinación masiva de muchas especies, algo que pareciera ser básico”, contó la profesional.

Agregó que a nivel de ensayos funcionaba, pero en la operación de producir plantas a gran escala, la realidad era otra. Fue una etapa de mucho aprendizaje, del aprender haciendo, pero que hoy les permite producir millones de plantas nativas en forma continua y abastecer a un mercado que esperan cada día sea más atractivo.

Lo anterior les ha permitido diversificar sus líneas de negocios, pero siempre bajo la mirada de dar valor al bosque nativo e incorporar nuevas especies vegetales que representen una oportunidad para la industria silvoagropecuaria. 

 

Mejora continua

En ese sentido, Neri Carrasco indicó que uno de los focos es la mejora continua tanto en la calidad de las plantas como en su condición genética, lo que se traduce en mejor adaptabilidad a los sitios y mayores tasas de crecimiento de los bosques enfocados en la producción de madera. Por otra parte, en el área de restauración, lo que se busca en trazabilidad genética y la captura de la diversidad genética de las poblaciones, mediante metodologías de captura de germoplasma y asignación de lotes de plantas a las áreas a restaurar. 

Explicó que “el sistema de producción es mixto, el 70% se produce en contenedores (speedling), método que permite obtener plantas de alturas que van entre 30 a 70 cm, dependiendo del tamaño del contenedor, que son acondicionadas bajo sistemas de sombreadores al aire libre, bajo distintos regímenes de riego, fertilización y controles sanitarios. “La gran ventaja de las plantas en contenedor, es que llevan su raíz cubierta y amplían la ventana de plantación”, recalcó.

Sumó que a raíz desnuda se produce el otro 30% del vivero, principalmente en especies pioneras. Bajo este sistema se privilegia la obtención de plantas de mayor altura y diámetro de cuello, aptas para forestación en sitios con mayor presencia de malezas, alta frecuencia de heladas y riesgo de daños por liebres y conejos.

“Nuestra propuesta va también en la variedad. Por eso no solo producimos las especies nativas más solicitadas como coigue, raulí y roble, si no que además producimos una amplia variedad de otras especies nativas, especialmente las de aptitud melífera y para manejo de cuencas”, señaló Jaime Büchner.

 

Otro foco del emprendimiento es el programa de mejoramiento genético de maqui. “Nuestra amistad con este producto, la murta y el calafate, nació hace muchos años y hoy en día es un compromiso adquirido. Estamos desarrollando selecciones genéticas y técnicas de manejo acordes con la realidad del sur, pues nuestro sueño es contribuir al desarrollo de una industria de berries nativos, innovadora, con identidad y sobre todo con un modelo de negocios sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico, que permita capturar el valor de ésta y otras especies nativas con igual o mayor potencial”, remarcó Neri Carrasco.

 

Biotecnología

La otra apuesta es la aplicación de técnicas biotecnológicas para la masificación in vitro de especies forestales nativas. Para ello se está utilizando la organogénesis directa in vitro a partir de material adulto y juvenil de cuatro especies nativas: raulí, lenga, tineo y ñirre. 

Este proceso se realiza en salas con condiciones controladas de temperatura, foto período y medios nutritivos con macro y micro elementos y sustancias reguladoras de crecimiento para gatillar la producción de brotes, posteriormente la elongación de ellos y enraizamiento. “En estas condiciones es posible aumentar significativamente en un espacio reducido el número de plantas en poco tiempo durante el año. Nuestro foco, es especialmente el raulí, dado que a través de un convenio con Infor, se ha iniciado un programa de producción de plantas con mejora genética, que permita a terceros acceder a este material de alto valor genético y generar valor al bosque nativo”, dijo la ingeniera.

“La innovación e investigación no sólo se centra en los productos finales, sino también en los procesos y en la adopción de tecnologías de punta, que permitan acortar la brecha tecnológica en producción de plantas nativas”, cerró la emprendedora.

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