“Para masificar la construcción en madera es necesario un cambio normativo”
En Chile son miles las familias que no tienen acceso a una vivienda digna y, específicamente en la Región del Biobío, la cifra es más preocupante, ya que 32 mil viven de allegados, hacinados o el inmueble se encuentra en condiciones irreparables. Por eso que construir viviendas se hace necesario, pero la idea es diversificar y edificar en madera puede ser una opción, sobre todo en un país rico en productos forestales.
Desde hace años que se viene hablando de la construcción en madera. Varias instituciones, públicas y privadas, han hecho propuestas para masificar este tipo de proyectos y uno de ellos se está dando en el Biobío. Se trata del Programa Estratégico Regional para la Industrialización de Viviendas en Madera de Corfo, que es liderado por el arquitecto Frane Zilic, quien ocupa la gerencia de esta iniciativa. Además, es fundador del programa interdisciplinario Polomadera y fue director del Magíster de Construcción Industrializada en Madera de la Universidad Concepción.
Afirmó que en ciertos aspectos sí y en otros estamos todavía atrasados para iniciar la ejecución de viviendas con este material de forma definitiva o iniciar un camino con ese objetivo. “Tenemos algunas industrias que nos pueden servir de ejemplo para la industrialización, mostrando que un nuevo modelo de construcción es posible. Hay empresas que lo están haciendo, les está resultando y eso es súper importante. También, hasta cierto punto, tenemos un buen abastecimiento de madera, contamos con profesionales que se han especializado, gente que ha llegado a la zona y que conoce el tema, pero para masificarlo probablemente necesitamos algunos cambios normativos y es imperioso cambiar ciertas percepciones y capacidades tanto en el diseño, en el cálculo, en la ejecución y en una serie de aspectos que van a tomar tiempo. No porque tengamos unas pocas empresas ya existe una industria instalada”, planteó
Pero avanzar dijo que hay que hacer cambios en algunas normas, en ciertas leyes y en los reglamentos. Pero diría que se deben concretar modificaciones en lo que respecta a la protección de la madera, controlando ciertas variables que hacen que este material tenga un mal desempeño en condiciones normales. Si no las controlamos, no nos queda otra que impregnar. Pero si logramos contrarrestar la cantidad de agua que pasa hacia la edificación en madera, entonces no se pudrirá. Además, si la exponemos al exterior o la dejamos en contacto con el suelo es más factible que la ataquen las termitas, pero si tomamos algunos resguardos que van por el diseño, entonces sí, podríamos, eventualmente, obviar la impregnación en gran medida
Un punto que resaltó es que sí hay espacio para avanzar, pues cada vez hay más aceptación por el material. Pasamos por un momento en que la madera era muy mal vista. No había condiciones adecuadas para trabajarla.
Sobre si se han dado algunos pasos para que en Biobío y el país comencemos a pensar en construir de manera definitiva en madera, Zilic indicó que se han dado ciertos pasos porque tenemos que empezar a ejecutar, independiente que en estricto rigor el programa todavía está en la fase de diseño y su etapa de implementación empieza en agosto, pero independiente de eso hemos empezado a ejecutar algunas cosas.
Uno de los aspectos que detectamos es que la construcción industrializada es un negocio diferente a la construcción tradicional. Son parecidos en lo referente a tramitación, permisos o la parte inmobiliaria, pero tienen una naturaleza distinta en cuanto a la edificación, puesto que requiere una planificación más intensa y una inversión diferente. Las constructoras tradicionales gestionan equipos de personas para llevar adelante las obras y los provisionan de materiales. Mientras que las empresas prefabricadoras deben hacer una inversión previa, como contar con galpón, maquinaria interna, todo habilitado para una dinámica diferente que generará mejores entornos de trabajo, más seguros o con las herramientas adecuadas. Pero es un negocio difícil de abordar por parte de las constructoras, porque está acostumbradas a trabajar de una manera y nosotros se las estamos cambiando. Creo que el mayor problema que enfrentan no es solo en las máquinas, sino que en el capital humano, quien sepa planificar la construcción en madera. Se requiere el manual para unir las piezas y para eso es clave saber construir bajo una planificación, algo que rompe con el ensayo, con gente entrenada.
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