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De los bosques al desierto: la versátil trayectoria de Jorge Pérez como operador forestal

De los bosques al desierto: la versátil trayectoria de Jorge Pérez como operador forestal

La historia de Jorge Pérez es un relato de adaptación y aprendizaje continuo. Originario de San Juan de la Costa, en Osorno, Región de Los Lagos, su vida laboral ha estado íntimamente ligada al rubro forestal desde su infancia. Criado en un entorno donde la madera era el pan de cada día, el operador comenzó su vida profesional en el manejo de tractores, lo que eventualmente lo llevó a especializarse en maquinaria forestal.

Su formación en Inacap, donde estudió mecánica y electricidad de vehículos y maquinaria agrícola, le proporcionó las bases técnicas necesarias para desempeñar su labor con competencia y seguridad. Sin embargo, fue la necesidad y la casualidad las que lo pusieron al frente de una máquina forestal, y desde entonces, no ha dejado de evolucionar en su oficio.

Jorge recuerda cómo, en sus inicios, las máquinas tenían hasta veinte palancas y con el tiempo, la tecnología ha simplificado su manejo a unos pocos botones. Esta evolución tecnológica ha facilitado su trabajo, pero también ha requerido una constante actualización de sus conocimientos y habilidades. A lo largo de su carrera, ha trabajado en diversos proyectos, desde la extracción de madera en Futrono hasta la construcción de centrales hidroeléctricas en Puyehue. Actualmente, se encuentra en el desierto de Atacama, donde su experiencia y capacidad de adaptación lo han llevado a trabajar en la construcción de un parque fotovoltaico.

-Quizás desde muy joven se familiarizó con los fierros, pero en ¿qué minuto se metió de lleno en el mundo forestal y manejando las máquinas?

-Yo cuando me salí de mi casa, tuve que empezar de nuevo. Estuve haciendo muchos trabajos y la casualidad te lleva a hacer cosas. En una oportunidad no había operador para una máquina y yo era el único que algo entendía. Entonces me subí a una máquina y no me bajé nunca más.

  • ¿Recuerda que máquina era?

-Empecé con tractores agrícolas y después trabajé con máquinas adaptadas para el sector forestal. Entonces el cambio no fue brusco para mí. En realidad, uno va evolucionando. Uno comienza con una motocicleta y termina arriba de una skidder. Lo que importa es tener voluntad y tener ganas de hacer cosas.

-Manejar una máquina forestal no debe ser fácil, porque existen medidas de seguridad especiales y una serie de cosas distintas.

-Sí, hay una familiarización del operador y la máquina, sobre todo porque en los terrenos forestales existen muchas pendientes, lo que exige mucha capacidad. Pero, en realidad, uno lleva el entusiasmo de estar trabajando todos los días y en cada jornada aprendiendo algo nuevo de la máquina y de la gente también.

-Por ende, el consejo que usted le daría a los más jóvenes que quieren introducirse en el mundo forestal por medio de una máquina, es capacitarse primero.

-Hay varias cosas que uno debe tener en consideración cuando quiere ser un operador de maquinaria. Primero tener la vocación de hacerlo y, después, fijarse en quién enseña, porque hay que tener mucha habilidad y acostumbrarse a andar aporreado todo el día. Nosotros trabajamos en esto por un asunto de vida, pero hoy, además, las máquinas son más modernas. Cuando empecé, los aparatos tenían 20 palancas y ahora tienen un par de botones y no hay más. Antiguamente, si el operador no tenía mucha habilidad, el tipo presionaba una palanca que no era y se accidentaba. Hoy día es muy difícil equivocarse gracias al avance tecnológico.

-Su vida laboral y como experto en el manejo de máquinas lo ha llevado a desempeñarse por varias partes de Chile, incluso en el norte. ¿Cómo han sido esos cambios de tareas?

-Actualmente estoy en la construcción de un parque fotovoltaico en el desierto de Atacama, en el valle de Copiapó. Algunos me decían ¿hay madera ahí? Yo les decía no, ¿cómo va a haber madera? Hay pura tierra, solo arena en esto. Junto a Sergio González, empresario de Osorno, llevamos muchos años trabajando juntos y tenemos la experiencia de haber estado en la construcción de las hidroeléctricas. Entonces tenemos experiencia en distintos rubros. Por eso uno tiene que saber adaptarse a distintas cosas que, a veces, no corresponden a tu rubro. Lo que he hecho es modificar ciertos elementos de la máquina para realizar tareas que no corresponden a su especialidad y que había que hacerlo por las circunstancias y dificultades del proyecto.

  • ¿Cómo es el cambio de estar metido en los bosques del sur de Chile a estar ahora en el desierto nortino?

-Uno se adapta a distintas situaciones con la misma máquina. En terreno hago investigación para ver cómo hacer el trabajo. Incluso estuve en la construcción del aeropuerto de Chaitén luego de la explosión del volcán, que destruyó todo. En el fondo invento cómo hacer la pega y eso trae sacrificios que la familia acepta, porque el trabajo llama a donde sea.

La historia de Jorge Pérez es un testimonio de cómo la pasión por su trabajo y la voluntad de aprender y adaptarse han sido claves en su exitosa trayectoria. Es un operador de maquinaria que ha sabido hacer de cada desafío una oportunidad para crecer y demostrar que, con entusiasmo y dedicación, no hay terreno imposible de conquistar.

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Arauco R

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