Artesano autodidacta revoluciona el mundo de las creaciones con autómatas de madera
Desde el corazón de San Bernardo Región Metropolitana, emerge la historia de Manuel Villagra, un emprendedor que ha encontrado en las manualidades y el arte de la madera su verdadera vocación.
Aunque estudió electrónica, nunca ejerció formalmente, y su camino laboral lo llevó a trabajar en un laboratorio fotográfico y luego en el área digital de la misma empresa. Sin embargo, su pasión por las manualidades siempre estuvo presente, desde que era niño y jugaba a hacer juguetes de madera, gracias a unas máquinas para torneros que tenía su padre.
“Por ende, desde niño no me fue extraño trabajar con maquinaria y madera, porque las tuve desde pequeño. Mi papá, que era mecánico tornero, me enseñó a utilizarlas y así partí con mis primeras cosas. Él me inculcó el amor por este material noble y versátil”, rememoró. La preocupación por el futuro y la búsqueda de un oficio para la jubilación lo llevaron a descubrir el mundo de las veletas y, más tarde, el de los autómatas. Manuel se propuso destacar en este arte y comenzó a investigar y a aprender por su cuenta. Su dedicación y talento pronto dieron frutos, y sus creaciones comenzaron a ganar reconocimiento en internet. Los inicios
“Cuando hice las 4 primeras figuras, las publiqué en mi Facebook y de repente comenzaron a llamar la atención. Una compañera del trabajo me contó que vio mis trabajos y me preguntó si podía hacer un autómata para su sobrina que tocara violín. Le dije vería si podía hacerlo. Como ya entendía un poco la mecánica, en un fin de semana hice la pieza. El lunes llegué con la figura y desde ese momento empecé a inventar. En los inicios me preguntaban cuánto costaban y no sabía qué valor ponerle hasta que una amiga me dio una idea del precio. Así aprendí y empecé a cobrar realmente por mi trabajo”, recordó.
Manuel utilizó, inicialmente, madera de pino, pero gracias a que obtuvo un Fondart, pudo conseguir maderas nobles de Chile y de otros países, que son las que utiliza actualmente, aunque o desaprovecha la oportunidad de reciclar material de calidad que encuentra en su camino. Incluso desde una silla abandonada aprovecha de sacar algo. A través de la autodidacta y la experimentación, Manuel ha perfeccionado su técnica para crear autómatas que son verdaderas obras de arte.
Sus figuras, que a menudo representan músicos y escenas de oficios antiguos, son el resultado de un meticuloso trabajo que puede llevar varios días. Cada pieza, que en promedio son de 14 centímetros de alto, es única y está imbuida de la pasión de su creador por la música y la nostalgia de épocas pasadas. Villagra también realiza trabajos por encargo, y sus autómatas han llegado a formar parte de videoclips y colecciones privadas.
Uno de los ejemplos ocurrió el año 2020, cuando lo contactó Tilo González, baterista y percusionista del grupo Congreso. “La banda me encargó un autómata con todos los integrantes para que apareciera un videoclip que iba a hacer para la canción “La plaza de los sueños”. Me preguntaron si se los vendía, pero les dije que no, porque me había encantado el proyecto, así que los presté para el video”, destacó Villagra.
Sobre el valor de la madera, Manuel Villagra destacó el uso que muchos artesanos le dan y en diferentes trabajos. “Hay gente que hace retablos pequeños hasta uno de grandes dimensiones. Por ejemplo, tengo un amigo en Temuco que elabora joyas y de repente usa madera con plata”, apreció.
El artesano ha participado en diversas ferias de arte a lo largo de Chile, seleccionando aquellas que realmente valoran y fomentan el trabajo artesanal. A través de su arte, Manuel ha logrado no solo un medio de vida, sino también una forma de expresión que le ha permitido viajar y conocer gente, enriqueciendo su vida de manera invaluable.
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