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“Tenemos que responder a la demanda de productos renovables”

“Tenemos que responder a la demanda de productos renovables”

El Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile y consejero del directorio de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa, Luis Felipe Gacitúa Achondo conversó con revista digital Contratistas Forestales sobre su visión del sector donde se ha desempeñado profesionalmente gran parte de su vida. Presidente hace cinco años de empresas CMPC, cierra el 2021 con la concreción de iniciativas como la construcción del nuevo Duoc UC Nacimiento, sumar a más familias en el Desafío agua para Chile, avanzar en el desarrollo de soluciones renovables y amigables con el planeta para llegar al 2050 a cero emisiones netas de CO2, como la creación de Niuform, una nueva compañía que entregará soluciones innovadoras para la construcción en madera.

¿Cuál es la importancia del sector forestal hoy para Chile?

Esta es una pregunta que se podría responder a partir de diversas cifras que dan cuenta de la relevancia del sector para nuestro país. Más de 300 mil empleos, sobre un 2% del PIB, cerca de un millón de hectáreas de plantaciones en manos de pequeños y medianos propietarios y cerca del 8% de las exportaciones, entre las más relevantes.
Sin embargo, la respuesta de fondo es más significativa y con mirada de futuro. Porque, así como desde hace poco más de 50 años esta industria se planteó como una solución para enfrentar la grave degradación de suelos que enfrentaba Chile, ahora tiene la enorme oportunidad y responsabilidad de responder a la creciente demanda local y mundial por productos renovables y amigables con el medio ambiente. Casi el 60% de las emisiones de CO2 del país son capturadas por bosques nativos y productivos, lo que significa un gran aporte para el combate al cambio climático y para convertir a nuestro país en carbono neutral. Pero, además, porque desde estos bosques productivos, renovables y certificados, obtenemos la materia prima, la madera y las fibras, para elaborar en el país productos como papeles de diverso tipo, bolsas de papel, cajas de cartón y muchos otros que reemplazan materiales más contaminantes y no renovables. Todo lo anterior, en el marco de un amplio y profundo encadenamiento productivo que involucra a miles de pequeñas, medianas y grandes empresas productoras, proveedores, contratistas y de diversos servicios.

¿Cuál es la posición que observa de la industria forestal y maderera chilena en el mundo? ¿Se avanza o se retrocede?

Se avanza, definitivamente. Somos un ejemplo mundial en cuanto a producción sustentable en base a plantaciones renovables y certificadas. Lo confirman no sólo quienes nos certifican, sino también indicadores de sostenibilidad como el Dow Jones Sustainability Index, donde en particular nuestra empresa ocupa el segundo lugar de la industria a nivel mundial. También se aprecia en la evaluación de los inversionistas globales y en la preferencia de los consumidores.
¿La actual institucionalidad forestal del país promueve o incentiva el desarrollo de nuevos proyectos?
Si uno compara la situación actual con la relevancia que gobiernos anteriores imprimieron al desarrollo de esta industria, desde Eduardo Frei Montalva o Salvador Allende, pareciera que la atención que presta el país en su conjunto al sector no está a la altura de su trascendencia para los aportes que ya señalaba. La industria forestal chilena es fruto de diversos actores públicos y privados que comprendieron, desde fines de los años 50, la urgencia que tenía enfrentar la degradación de los suelos y el potencial que se abría para Chile. Estudiaron a fondo las características de esta industria y comprendieron que, en particular en el caso de las plantaciones, se requerían mecanismos de incentivo por los extensos ciclos de inversión y retorno. Eso permitió que cientos de pequeños y medianos propietarios de tierras se incorporaran a esta actividad y, de paso, recuperaran sus suelos. Hoy no vemos esa misma comprensión, sino una serie de confusiones y mitos que dificultan un análisis serio e informado que requiere la elaboración de políticas públicas. Quiero ser claro, no estoy pidiendo incentivos para las grandes empresas. No se necesitan. Estoy pensando, por ejemplo, en esos miles de hectáreas de pequeños y medianos propietarios del Maule que perdieron sus bosques con los incendios de 2017 y que hoy están a merced de la erosión.

¿Cuáles son los principales problemas del sector forestal en los que se debe avanzar? En el corto y mediano plazo

Coherente con lo que ya decía, creo muy importante que nos unamos todos los actores de esta industria y seamos capaces de comunicar no sólo las características sostenibles de este sector, sino también la necesidad que tenemos a nivel global de contar con bosques para la captura de carbono que además sean compatibles con la obtención de materias primas renovables para la elaboración de productos amigables con el medio ambiente. Decir en definitiva que este es un sector del futuro.
Ahora, si me pregunta en el cortísimo plazo, le diría que estamos enfrentando un dramático incremento en los incendios rurales, la inmensa mayoría intencionales y con delincuentes que impiden su combate, lo que pone en riesgo la vida de personas, sus hogares y en muchos casos su sustento.
En cuanto a la relación con los Contratistas Forestales, ¿qué importancia les asigna en el desarrollo de la compañía y cuáles debieran ser los acentos que hay que poner para que ellos se desarrollen y entreguen sus capacidades como empresarios?
La industria forestal chilena se ha caracterizado, desde sus orígenes, por conformar un ecosistema productivo que incluye a cientos de proveedores y contratistas de diverso tamaño y que han sido fundamentales en la construcción del liderazgo global que hoy ostenta este sector. Porque para contar con grandes empresas líderes, por ejemplo, en materia de innovación y sostenibilidad, se requiere toda una cadena de contratistas que también avancen y sean ejemplo de innovación y sostenibilidad. Es decir, tenemos empresas líderes mundiales porque contamos con contratistas forestales que también son líderes en su actividad. El desafío es seguir avanzando en esa línea, incorporando toda la innovación posible en áreas que tendremos que ir abordando en conjunto, como la electromovilidad, digitalización o la elaboración de nuevos productos en base a renovados usos de la celulosa o la lignina, por mencionar algunos ejemplos.

En relación con las comunidades locales de la macrozona sur donde se encuentra el patrimonio de plantaciones de su compañía, ¿se hace un mea culpa por errores cometidos en el pasado?

Sin ánimo de eludir su pregunta, yo prefiero siempre enfatizar en que queremos y debemos ser parte de las soluciones. Por cierto, que es importante partir desde buenos diagnósticos, pero a ojos actuales es fácil apuntar al pasado como causa de todos los conflictos. Lo que nosotros podemos decir del presente es que nos relacionamos con cientos de comunidades, que con la amplia mayoría desarrollamos proyectos conjuntos y que esa amplia mayoría nos dice que, sin renunciar a sus legítimas aspiraciones, quieren convivir en paz y armonía. Que existan grupos minoritarios de delincuentes, traficantes de drogas y ladrones de madera que se esconden tras esas legítimas aspiraciones, no debe llevarnos a la confusión. Esos delincuentes persiguen la desocupación de los territorios para poder desarrollar sus ilícitos impunemente, incluso atacando a las propias comunidades, tal como tristemente ocurre en muchas poblaciones de nuestro país. Frente a ellos, nuestro mensaje es diálogo y convivencia.

Se ha planteado en la sociedad que el actual modelo forestal del país promueve una alta concentración de los bosques de plantaciones, la desigualdad, la pobreza rural y la destrucción del bosque nativo, ¿cree Ud. que es posible continuar con ese modelo o que se requieren ajustes para que sea aceptado socialmente? 

Por supuesto que siempre estamos revisando el modelo de plantaciones e incorporando las mejores prácticas internacionales. Por ejemplo, estamos desarrollando una estrategia de corredores biológicos que fomenta la biodiversidad y protección de fauna nativa. Pero los supuestos que están detrás de su pregunta no tienen sustento real. De acuerdo con cifras oficiales de Infor y Conaf, en los últimos 50 años el país cuenta con las mismas 14 millones de hectáreas de bosque nativo, pese a que somos uno de los mayores productores de madera y celulosa del mundo. ¿Cómo se explica eso? Precisamente, porque la producción en base a bosques renovables y certificados ha impedido la destrucción de bosques nativo. Prueba de lo anterior, es que según Infor, incluso el balance corta-crecimiento de Chile es positivo, con un aumento en el volumen neto originado principalmente (más de un 70%) por bosque nativo. Tampoco es correcto que exista esa concentración que se señala en la superficie de plantaciones. Por ejemplo, en el caso del eucalipto el 64% está en manos de pymes. Y por último, si alguien quiere desacreditar a la industria forestal por su impacto económico local, entonces que me explique cómo Constitución, por mencionar un ejemplo de comuna eminentemente forestal, tiene de los mejores indicadores socioeconómicos de la región del Maule. Finalmente, un dato a propósito del DL 701, por cada peso que el Estado puso en ese subsidio los privados pusieron 20.

¿Cuál cree es el nudo que no permite comenzar a ver una solución al problema de violencia que se vive como sector, principalmente los Contratistas Forestales y sus trabajadores en las regiones el sur del país?

El mayor problema es que Chile es un país muy centralizado donde, lamentablemente, las prioridades giran en torno a lo que ocurre en Santiago y sus alrededores. Hace unas semanas vimos como más de 30 casas fueron quemadas en el lago Lanalhue, con el evidente objetivo de propiciar la desocupación del territorio. Si eso hubiese ocurrido en Ñuñoa o Providencia, le aseguro que las autoridades políticas, las actuales y las que vienen, estarían todavía dando declaraciones y buscando abordar el problema, de la misma forma que la prensa habría dado gran y continua cobertura al hecho.

¿Cómo se relacionará la compañía con el nuevo ciclo político que incorpora muchas demandas y derechos en nuestro país?

CMPC en una empresa con más de cien años. Tenemos presencia en 11 países y todas nuestras inversiones están orientadas al largo plazo. Eso significa que hemos convivido y lo seguimos haciendo con distintas culturas, ideas y prioridades por parte de las autoridades de cada país. Nuestras prioridades están con los colaboradores, comunidades, clientes y consumidores, proveedores y contratistas, accionistas e inversionistas. Colaboramos, en la medida de nuestro rol, con las autoridades de cada país con el objeto de propiciar la colaboración público-privada y fomentar políticas que beneficien al conjunto de la población.

¿Hay inversiones que se proyecten de parte de su compañía en las regiones de la macrozona sur?

Por supuesto. Recientemente anunciamos un joint venture con la empresa local Corte Lima que se tradujo en la creación de Niuform, una nueva compañía que entregará soluciones innovadoras para la construcción en madera. Tenemos un plan en marcha para la modernización de aserraderos y también nuevos proyectos en nuestra área de biopackaging.

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