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“Hoy hay que ir a trabajar resguardados y eso, tanto para nosotros como para nuestras familias, es inseguro”

“Hoy hay que ir a trabajar resguardados y eso, tanto para nosotros como para nuestras familias, es inseguro”

Esteban Cáceres Burdiles de 51 años y más de 30 en diversos roles como trabajador forestal, ha sufrido tres atentados realizando su labor. “El 13 de julio tuve un atentado y créame no es bonito estar ahí”. 
Él es un reconocido Jefe de Faena, con una historia familiar forestal: “mi papá era motoserrista y ahí nos empezó a gustar a mis siete hermanos. Nosotros somos 12 hermanos, siete hombres y cinco mujeres. Ahí le empezamos a tomar el gustito a lo forestal, empezamos en raleo, desempeñándonos como estroberos, después a moto, luego a operador, que es el ciclo de nosotros, siempre nos gustó. Hoy de mis hermanos, tres son conductores de camiones, tres trabajan con motosierra y yo que me desempeño como jefe de faena”.  
Oriundo de Ramadilla, durante su infancia vivió en diversos sectores de Arauco, hizo el servicio militar y cuando estaba de franco, sus hermanos, que ya trabajaban, le enseñaron la labor. Trabajó en aserraderos, en raleos con tractores agrícolas y como motoserrista cerca de siete años en Forestal Italia, luego en Forestal Kupal. “Don Jose Miguel de la Jara me buscaba porque en las cuadrillas yo lideraba en el tema de seguridad”, explica. 
Algunos de sus jefes lo llegaban a buscar a su casa para convencerlo de trabajar en nuevas faenas, disponiendo siempre de trabajo en sus empresas, por ser un trabajador con condiciones destacadas. “René Muñoz me dio la posibilidad de dejar la “moto” para hacerme cargo de la revisión de 44 motoserristas, de ver cómo trabajaban, de los equipos y de la seguridad. Luego de dos meses, me dio todo el apoyo como jefe de faena, donde también me hice cargo de 10 torres de madereo. No sabía nada de eso, pero el mismo trabajo me fue enseñando. No sabía nada, pero el tiempo le da experiencia a uno, yo me allegaba a los viejitos más antiguos que habían trabajado y aprendí con ellos”, y agrega “yo agradezco a mi señora. Cuando nos casamos yo tenía mis estudios hasta octavo básico solamente y ella me matriculo para terminar mis estudios en clases vespertinas. Se me hizo difícil por el tema del trabajo, pero saqué el primer lugar del curso en el primer y segundo año medio. Para terminar tercero y cuarto medio la cosa se dificultó porque la faena estaba lejos, pero lo logré. No tengo más estudios que cuarto medio, sin ningún técnico, pero la experiencia me ha dado todo lo que sé”.
Todo este esfuerzo significó que en 2011 fuera reconocido por la Corporación de la Madera, Corma, como trabajador destacado. 
Hoy Esteban trabaja en Servicios Integrales Empresa Mapuche Newen, de Raqui, Arauco hace 10 meses. “Nunca me he quedado parado gracias a Dios, he tenido siempre buenas relaciones y he salido siempre destacado. Estoy feliz trabajando porque cuando a uno le gusta algo lo hace con amor”.
Esteban pasa más días radicado en Conumo, cerca de Arauco, donde tiene una parcela “donde nos entretenemos con mi señora, vamos a la leña de las cosechas que quedan para hacer astillas que vendemos como una entrada a parte, pero eso es de la jefa. Yo me dedico al roce, limpio, como lo mío es forestal, los árboles me encantan”. Sobre nuevas oportunidades laborales, explica “ya tomé una línea y no quiero más. Hoy la tecnología y más exigencias a uno lo pueden colapsar. No tengo techo, puedo seguir avanzando, pero hay harta exigencia”.
Al analizar la importancia del sector forestal para su entorno, explica “la relación familia-bosque es una porque vivimos en una provincia que actualmente se mantiene con el bosque. Por ejemplo, si vamos a cosechar, le damos pega a los camiones para que fleten, ellos entregan productos a aserraderos y celulosa y así es todo el movimiento. El ser partícipe de eso a uno lo llena”. 

 

Arauco R

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