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Arauco R

Osvaldo Pardo, de estrobero a contratista forestal

Osvaldo Pardo, de estrobero a contratista forestal

Osvaldo Pardo, Gerente de Forestal San Fabián de Los Álamos, región del Biobío

A los 19 años debió dejar sus estudios y trabajar en lo que se pudiera. Venía una hija en camino y uno de sus hermanos trabajaba como estrobero en Los Álamos, quien le enseñó las primeras labores de un largo camino. Comienza así su historia forestal que se enorgullece en contar. Hoy son ocho las personas que componen Forestal San Fabián, empresa contratista que desarrolla madereo en torre. Pero para Osvaldo, de 48 años, lograr su sueño no fue fácil. 
En Forestal Lebu fue su primer trabajo, donde le dieron la oportunidad de ser controlador de tiempo apoyando a los jefes de faena en el proceso de madereo. “No alcancé a trabajar un año de estrobero, y me ascendieron a controlador. Luego estuve en Forestal Mahuida, donde aprendí sobre transporte, ya había terminado mi enseñanza media estudiando de noche y pasé a ser jefe de faena por cerca de siete años,” y continúa “luego me retiré porque había más campo laboral y mis necesidades económicas habían crecido, entonces llegué a la empresa de Servicios Forestales Trile como jefe de faena, donde conocí don René Muñoz, una muy buena persona.” 
Su siguiente paso fue ser supervisor de faena en servicios forestales CFR Forest donde comenzó una relación laboral con su jefe Claudio Fuentes, que significó el forjar en Osvaldo el logro de su sueño de tener su propia empresa. 
“Una de las cosas que me hicieron sentir bien ahí, es que las torres de madereo mantenían metas bajas y con don Claudio fuimos innovando en cómo mejorar, cómo meterle más ingeniería y logramos metas sorprendentes. Teníamos muy buenos estándares en seguridad y producción, y Arauco contrató a CFR como socio estratégico por sus altos estándares. Yo sentía que había aprendido harto y que era capaz de hacer algo distinto, era capaz de independizarme. Entonces le plantee a mi jefe mis sueños y llegamos a un acuerdo. Me dio la oportunidad de tener una torre de madereo que es con la cual trabajo hoy. Él me la pasó con facilidades de pago. Me tendió la mano, y como a mí me gusta este trabajo, era una oportunidad que no iba a desaprovechar,” explica Osvaldo.
En junio de este año, su empresa Forestal San Fabian SPA, comenzó su primera faena. “El tema forestal está complicadísimo, pero es lo que a mí me gusta, es lo que me apasiona. Hoy yo soy el conductor del furgón, el jefe de faena, soy el gerente de una empresa pequeña y soy el compañero de trabajo de ocho personas, gente que ya había trabajado conmigo antes.”
“Me siento bien, pero con una responsabilidad distinta porque estas ocho personas dependen de que yo gestione trabajos y que no les falle a ellos y eso es una preocupación. Yo aprendí que los trabajadores se respetan porque son fundamentales para el desarrollo de la empresa.” 
Se reconoce como una persona creyente, trabajadora y responsable que aprendió en el mundo forestal, “siempre hay gente que tiene más conocimiento y que le enseña a uno, así he ido aprendiendo el trabajo forestal y administrativo. Yo siempre dije, que podía hacer algo más, algo distinto y, gracias a Dios, no me ha ido mal.”

La importancia de la familia y de Dios 

Osvaldo está casado con Natalia Sobarzo y tienen tres hijos. La mayor es enfermera, Osvaldo estudia Construcción y Fabian, el más pequeño tiene 11 años y es muy buen alumno. Explica que el trabajo forestal le ha permitido educar bien a sus hijos, “he tenido oportunidades y la bendición de Dios, porque uno aspira a que los hijos sean más que uno”.
“Estoy contento con lo que he logrado hasta hoy, tengo cinco hermanos y soy el menor, vengo de una familia muy humilde y mi infancia fue muy difícil. Hoy miro hacia atrás y digo pucha que he logrado cosas y le agradezco a Dios por tener una familia muy linda.” 
“Mi señora no quería que me metiera en este negocio, tratamos de hacer otras cosas, anduve un mes vendiendo quesos del sur, pero no era lo que me gustaba. Mis hijos le dijeron que era lo que me hacía feliz. El comienzo no fue fácil, gasté mis ahorros y tuve que esperar varios días las primeras pagas, pero hoy estamos bien, ella ya no me cuestiona y he recibido solicitudes de trabajo.” 
Con su empresa legalmente constituida y cumpliendo todas las normas laborales, ha recibido nuevas solicitudes de trabajo y está esperando por el una nueva torre de madereo. “El sector forestal esta mas peligroso, ya no puede transitar libremente, hay que andar atento, es que hay mucha maldad en todas partes, pero es algo que a uno le gusta y mientras no me corten los brazos, vamos a seguir dándole.”

 

Arauco R

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