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Estudio demuestra que combinación de bosque nativo y plantaciones forestales contribuye a la sustentabilidad hídrica

Estudio demuestra que combinación de bosque nativo y plantaciones forestales contribuye a la sustentabilidad hídrica

Además, confirma la importancia vital de la reforestación como acción concreta para combatir el cambio climático. El doctor Roberto Pizarro, director de la Cátedra Unesco de Hidrología de Superficie de la Universidad de Talca y Pablo García, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Escuela de Minas de Colorado, Estados Unidos y parte del Programa Hidrológico Intergubernamental de la UNESCO; quienes fueron parte de los 10 investigadores que participaron, nos cuentan los alcances de esta investigación.   


Toda investigación se inicia con una interrogante vital. En este caso, las dudas surgen en Roberto Pizarro cuando en una charla con agricultores sobre el agua, surgieron algunas aseveraciones que no calzaban con los datos que tenía como académico e investigador. “Los pinos se consumen toda el agua”, decían algunos de los asistentes a lo que él respondió con la pregunta “¿cuándo consumen agua?” Los asistentes respondieron que “en primavera y verano”, “¿y cuando nos llueve a nosotros?”, en invierno, respondieron “¿y si los pinos no se riegan, de dónde sacan el agua?”, “de las napas” señalaron los agricultores. Y Pizarro continuó: “¿y qué profundidad tienen las raíces de los pinos?”, “dos a tres metros” respondieron, “¿y a cuánta profundidad están las napas?”, “de 20 a 30 metros”, fue la respuesta. Entonces algo no calzaba. 
Era 2014 y el director de la Cátedra Unesco en Hidrología de Superficie de la Universidad de Talca notó que algo no cuadraba en sus mediciones. Estudiaba el comportamiento de ríos y napas subterráneas de la zona central del país, cuando evidenció que en todas las zonas altas y con presencia de bosques, incluso de monocultivos forestales como pino o eucalipto, la presencia del agua en el tiempo tenía tendencias positivas, pese a que había sequía.  
Así se inicia esta extensa investigación llamada “El efecto a gran escala de la cubierta forestal en las variaciones a largo plazo del caudal en las cuencas mediterráneas de Chile central”. En ella participaron 10 investigadores de la cátedra Unesco en Hidrología de Superficie de la Universidad de Talca y de otras universidades chilenas y de Estados Unidos, quienes estudiaron el comportamiento de 42 cuencas del país desde 1994 a 2015 con datos de la Dirección General de Aguas (DGA), entre las regiones de O’Higgins a Los Ríos. 
Los ecosistemas forestales tienen un importante rol en los procesos hidrológicos como son la escorrentía superficial y subterránea, así como el almacenamiento de agua en las cuencas de los ríos. Tener evidencia de los efectos de los bosques en el balance hídrico a largo plazo de las cuencas mediterráneas de Chile, permitiría tomar decisiones importantes en una zona inusual de clima mediterráneo que se caracteriza por un ciclo anual bien marcado de veranos secos e inviernos húmedos o lluviosos.
El estudio identificó y evaluó las áreas cubiertas por bosques nativos y plantaciones forestales y los cambios que ocurrían en cada cuenca, a través de las variaciones de caudal e indicadores de cobertura forestal. Los resultados revelaron que las variaciones del caudal son positivas y significativas cuando existe más cobertura forestal. Las relaciones intra-cuenca evaluadas para ambos tipos de especies evidenciaron el papel significativo de los bosques nativos y las masas mixtas como ecosistemas clave para la conservación, a largo plazo, del caudal de verano en las cuencas mediterráneas de Chile central. 
Pablo, se culpa a monocultivos del gran consumo de agua, ¿esta investigación desmiente esto? 
Esta investigación no se centra específicamente en los monocultivos forestales, pero los incluye. Lo que se concluye de este importante estudio es que las masas forestales en general -bosque nativo y plantaciones- contribuyen a la producción de agua a gran escala, sobre todo en meses de verano. 
En cuanto a las plantaciones forestales, ¿su presencia en pendientes se relaciona con la disponibilidad de agua, considerando lo que consume y lo que retiene?
Los efectos hidrológicos de las plantaciones forestales pueden ser beneficiosos o adversos, dependiendo de muchas variables, siendo el clima la más relevante. De hecho, en la mayoría de los territorios a nivel global, la precipitación se manifiesta en meses de verano, es decir, cuando los árboles se encuentran activos, por lo que succionan gran parte de la lluvia que se infiltra en el suelo. En este sentido, Chile central es una excepción, pues aquí es bien sabido que llueve más que nada en invierno, cuando los árboles se encuentran en estado de dormancia y, por lo tanto, no consumen agua, dejando que la lluvia percole y recargue las napas lo que explica la clara tendencia a incrementar los caudales de verano. Pese a que sí hay pérdidas por intercepción de copas, como en toda masa boscosa. En otras palabras, si las masas forestales se encuentran en pendientes, lejos de las napas y de los cursos de agua, durante los meses de verano éstas obtienen su agua de la humedad del suelo.
Roberto Pizarro agrega sobre este punto: “hay que contextualizar y ser justos con cada contexto. Chile depende del agua, ha aumentado su consumo y también su riqueza en la misma proporción. Como país estamos consumiendo más agua y en una situación de cambio climático, no tenemos cultura de cuidado de este recurso tan valioso. ¿Qué pasa desde el punto de vista forestal? Las plantaciones tienen un rol que cumplir. Hace años hubo un mal uso de los recursos naturales que dejó una erosión muy grande y una desertificación evidente en Malleco y Biobío. Este proceso se ha ido revirtiendo a través de las plantaciones que tienen este rol de retener el suelo que es lo valioso. Hay una relación entre la vegetación y el suelo y esa relación nos permite retener el suelo en zonas altas y posibilitar que el agua circule más lentamente y tenga mayores posibilidades de infiltrar en el suelo y recargar las napas”.
“El rol de la vegetación es positivo porque en invierno, cuando no consumen, se transforman en un obstáculo al paso del agua especialmente en un país montañoso. Si esto se une a que cuando cae la materia orgánica en el suelo, van generando una especie de colchón que la retiene como una esponja, permite que el agua pueda llegar a las napas subterránea y evita que escurra rápidamente. Es un esquema virtuoso y estas son soluciones basadas en la naturaleza, como lo llama la Unesco”, señala Pizarro.
Roberto, ¿dónde este rol de las masas forestales es más positivo, en las cuencas con bosque nativo o con plantaciones? 
En las cuencas con bosque nativo porque tienen una mayor proporción y esos bosques están asentados y poseen un mayor equilibrio. En zonas con plantaciones, las relaciones fueron negativas o más bajas, pero podría deberse a que tenemos pocas cuencas con adecuadas coberturas forestales de plantaciones. Sin embargo, las mejores relaciones se obtuvieron con la mezcla de zonas con bosque nativo y zonas con plantaciones, lo que habla de una mezcla virtuosa.
Debemos ser inteligentes al usar nuestros recursos naturales. A la luz de estos datos hay que usar la información para establecer políticas para contener el cambio climático, con una mayor forestación ojalá con especies nativas y donde se pueda maximizar la recarga de los acuíferos. ¿Cómo llegamos a la recarga de acuíferos? Usando una mezcla de vegetación nativa y plantaciones, pero debemos considerar también que, si tengo una rápida producción de madera de rápido crecimiento, estoy capturando CO2, fijo carbono y estoy reduciendo los efectos de los gases invernadero.
Pablo ¿Una opción para combatir la sequía en el país podría ser reforestar las zonas desérticas? 
Efectivamente. Tenemos la suerte de tener un clima muy inusual, donde las precipitaciones se concentran en invierno, por lo que una forma de mitigar los efectos del cambio climático es mediante la forestación con especies nativas en zonas altas, lejos de las napas y de los cursos de agua
En base a tu experiencia, ¿cómo debiera avanzar Chile en materia de forestación y con qué especies? 
Pese a todos los esfuerzos que se han realizado a nivel país, Chile se encuentra en pañales en materia de forestación. Con gran parte de nuestro territorio está bajo algún estado de degradación y debemos invertir mucho más en proyectos de forestación masiva, aprendiendo de la experiencia internacional. Así, tenemos el caso de China, país que desde fines de la década pasada asignó 60 mil soldados exclusivamente para plantar árboles, forestando en 2021 3.6 millones de hectáreas. Más impresionante aún fueron los 66 millones de árboles que se plantaron en India el 2017, en sólo 12 horas, con el apoyo del gobierno y ciudadanos de muchas regiones, siendo esta una campaña replicada en Etiopía, en donde se plantó 350 millones de árboles en 12 horas (2019), rompiendo el récord mundial en la materia. Sin embargo, el proyecto de forestación más grande del planeta está representado por la "Gran Muralla Verde", un cinturón de tierra "enverdecida" de 7.775 km de largo y 15 km de ancho en África, desde Senegal hasta Yibuti. En este sentido, la forestación en Chile debe realizarse también en forma masiva, dando prioridad a especies nativas, y desarrollarse en base al método de bosquetes, que tiene menores costos, mayores porcentajes de sobrevivencia, demanda menos agua y se traduce en mayores tasas de crecimiento, pudiéndose obtener árboles de varios metros de altura en sólo un par de años. Adicionalmente, el uso de hidrogeles es algo que no podemos evitar.
¿Cuál es tu percepción personal sobre esta importante evidencia y conclusiones? 
Este estudio representa el puntapié inicial de una serie de investigaciones muy necesarias que determinen con mayor precisión cuáles son los efectos hidrológicos a gran escala de las plantaciones forestales, con el fin de definir cuál es el límite sustentable de este importante uso del suelo, considerando también el cambio climático, la ecología y la sociedad.

Con los antecedentes expuestos, Roberto Pizarro llama a repensar las políticas públicas en materia hídrica. “Debemos realizar proyecciones basadas en estudios y datos reales, no en ideologías. Mucha gente cree que los pinos erosionan y secan las zonas donde se plantan, pero ha quedado demostrado que no es así”, concluye Pizarro. “Yo no estoy ni a favor ni en contra de las forestales, pero creo que hay que hablar con la evidencia científica. Y lo que hemos demostrado es que, en los bosques de la zona central del país, tanto los nativos como las plantaciones forestales, se produce una mejor captación del agua que cae en el invierno, al compararlos con zonas descubiertas de vegetación. 

El estudio fue publicado en abril pasado en la prestigiosa revista científica Sustainability y se encuentra disponible online en el siguiente enlace: https://www.mdpi.com/2071-1050/14/8/4443/pdf?version=1649734411 

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