Plantaciones forestales y gestión sostenible del agua: el estándar AWS
La relación entre el establecimiento de plantaciones forestales y la disponibilidad de agua en cuencas hidrográficas[1] se ha transformado en una controversia altamente politizada en el Chile de las últimas décadas. Si bien está claro que los bosques plantados tienden a usar más agua que otros tipos vegetacionales -tales como praderas, cultivos agrícolas y parques-, también es cierto que los estudios basados solo en pérdidas de agua por evapotranspiración[2] y volumen de caudal en cuencas son simplistas. Una buena evaluación de los impactos de las plantaciones forestales en la disponibilidad de agua en las cuencas debiera tomar en cuenta herramientas de análisis más sofisticadas para la toma de decisiones: se debieran integrar disciplinas tales como fisiología forestal, procesos hidrológicos y geológicos, así como también variables climáticas para un mejor entendimiento del fenómeno.
[1] Es decir, ríos, arroyos, lagos, aguas subterráneas, etc.
[2] Pérdidas de agua por transpiración de las plantas y también desde el suelo, en este caso desde los bosques plantados y cubierta del suelo.
En un escenario de cambio climático real, culpar a las plantaciones forestales como el único gran responsable del agotamiento de agua desde las cuencas hidrográficas es un error gigantesco. No existen factores únicos que ayuden a explicar la existencia de un fenómeno -en este caso, la falta de agua- sino más bien este responde a una multiplicidad de factores. Por ejemplo, algunos de ellos son aumento de la población humana en asentamientos, tipos de especies empleadas en cultivos, tipo de manejo forestal, factores geológicos, y por supuesto el cambio climático. En relación con el establecimiento de plantaciones forestales y su grado de impacto real en las cuencas, se sabe además que este impacto puede ser mitigado por adecuadas prácticas de manejo forestal, incluyendo manejo de densidades por hectárea, tipo de forestación, raleos y manejo del ciclo de rotación. Cabe señalar que la mayoría de los aproximadamente 2,8 millones de hectáreas de plantaciones forestales en Chile se encuentran certificadas bajo los estándares de sustentabilidad FSC[1] y CERTFOR[2]. Para estar certificado bajo estos estándares se debe cumplir a cabalidad las regulaciones ambientales chilenas, y en particular, en el caso del manejo de cuencas, con el decreto N.º 82 que establece el reglamento de suelos, aguas y humedales disponiendo franjas de protección alrededor de los cursos de agua que solo deben ser ocupados por especies nativas. Nunca por plantaciones forestales. El objetivo es evitar el agotamiento de las cuencas hidrográficas, así como también evitar arrastre de sedimentos a esas cuencas durante los períodos de cosecha de las plantaciones forestales.
¿Existe un estándar específico para la gestión sostenible del agua?
Si bien los estándares de sustentabilidad forestal FSC y CERTFOR mantienen dentro de sus principios el estricto cumplimiento a las leyes y regulaciones ambientales, así como específicamente una evaluación del impacto ambiental del manejo forestal sobre el recurso agua[3], no existe un sistema de gestión específico que incorpore una administración conjunta de la cuenca entre sus diversos usuarios, de manera de reducir conflictos y gestionar sustentablemente el recurso agua.
[1] Forest Stewardship Council, en español significa estándar del “Consejo de Administración Forestal”.
[2] CETRTFOR quiere decir estándar de certificación forestal chileno, completamente homologado al esquema internacional PEFC.
[3] En el caso de FSC corresponde al principio 6 en donde se establece que “todo manejo forestal deberá conservar la diversidad biológica y sus valores asociados, los recursos de agua, lo suelos, y los ecosistemas frágiles y únicos”.
Aquí es donde interviene la Alianza para la Gestión Sostenible del Agua (AWS[1] por sus siglas en inglés), con cuarteles generales en Escocia, la cual define la gestión sostenible de este recurso como “el uso del agua que es socialmente equitativo, ambientalmente sostenible y económicamente beneficioso, logrado a través de un proceso inclusivo de partes interesadas que involucra acciones tanto basadas en el sitio y en la cuenca.” Para la AWS la cuenca es la unidad funcional más importante para la gestión sostenible del agua, la cual incluye aguas superficiales y subterráneas. El concepto de gestión sostenible del agua involucra mucho más que acciones individuales por parte de una empresa forestal (sean estas unidades de plantaciones, viveros, aserraderos, plantas de celulosa, etc.) sino que más bien una gestión compartida y ordenada entre las empresas y los diversos usuarios. Para lograr lo anterior se ha desarrollado el estándar AWS que según su sitio web https://a4ws.org/ ofrece “un marco creíble y aplicable a nivel mundial para que los usuarios del agua comprendan su propio uso e impacto del agua y trabajen de manera colaborativa transparente con otros para la gestión sostenible del agua dentro del contexto más amplio de la cuenca”. Es decir, si una empresa del ámbito forestal -por ejemplo, una planta de celulosa- decide implementar y certificarse en el estándar AWS deberá conocer e invitar a diferentes usuarios aguas arriba y aguas abajo de la cuenca donde está inserta, incluyendo partes interesadas, para la administración conjunta del recurso.
[1] Alliance for Water Stewardship.
Los 5 pasos del estándar AWS
El estándar AWS comprende 5 pasos o principios fundamentales para asegurar su implementación. El paso 1 consiste en recopilar y comprender información y entender los desafíos compartidos en gestión del agua, por ejemplo, riesgos, impactos y oportunidades comunes que afecten el suministro de agua desde la cuenca. El paso 2 involucra el compromiso de la gerencia de la organización, el desarrollo de la estrategia y objetivos para la gestión sostenible del agua, así como un plan de administración del agua. El paso 3 implica implementar el plan de gestión compartida del agua. El paso 4 implica evaluar el desempeño del sitio (donde está inserta una organización) en comparación con las acciones tomadas en el plan de acción. Por último, el paso 5 involucra el divulgar, transparentar y comunicar los esfuerzos de gestión sostenible del agua del sitio, por parte de la organización.
La certificación del estándar AWS dura 3 años y contempla auditorías de certificación y seguimiento anuales por auditores acreditados y contratados por el organismo de certificación WSAS[1]. Existen, además, tres niveles de certificación en el estándar AWS, los que varían según el desempeño de las organizaciones: Core, Gold y Platinum.
Desafíos futuros para las plantaciones forestales y la gestión sostenible del agua
El estándar AWS proporciona una guía sistemática y ordenada para la gestión sostenible del agua para los diferentes tipos de empresas forestales que aspiren a reducir sus riesgos físicos (evitando un menor suministro de agua para su actividad económica), riesgos reputacionales (mejorando su imagen corporativa), y riesgos financieros (asegurando la continuidad del negocio). Sin embargo, el estándar AWS no es la panacea y la industria forestal deberá ser capaz de asumir algunos de los siguientes desafíos en un marco de crecientes consecuencias del cambio climático:
- Manejo genético para desarrollar plantaciones que consuman menos agua manteniendo altas tasas de crecimiento.
- Aprovechamiento, al máximo posible, de fuentes de agua desde eventos de inundaciones.
- Mayores estudios del efecto de determinadas prácticas forestales en la calidad y cantidad de los recursos de agua.
- Programas de reforestación en zonas degradadas por la agricultura, para recuperar suelos, y en estos casos mejorar la retención del agua en estas zonas.
En general, los beneficios de implementar el estándar AWS son una mayor eficiencia, mayor mitigación de riesgos, aumento de la capacidad/motivación del personal, relaciones fortalecidas con las partes interesadas y la construcción de confianzas con las comunidades locales.
[1] Water Stewardship Assurance Services.
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